Lucio Gutiérrez creyó que la gobernabilidad es el sometimiento hacia la voluntad de quien ostenta y ejecuta el poder; pensó que algo más de doce millones de ecuatorianos, aceptarían sin renegar, sus desaciertos, su falta de palabra, e ignorancia sobre como implementar e impulsar políticas de beneficio común.
La salida de Lucio Gutiérrez de la Presidencia de la República del Ecuador, amerita "varias lecturas", desde diferentes y en ocasiones hasta contradictorios puntos de vista; pero así mismo es innegable que el pueblo carente de mínimas y básicas condiciones para una vida digna, expresó en las calles su sentimiento y propició las decisiones tomadas por el congreso en días posteriores.
Analizar la caída del presidente como un hecho aislado sería un magno error, desde que Ecuador volvió a la democracia hace un cuarto de siglo, la situación primordial; es decir la económica, ha sido el punto de quiebre. A pesar de que los informes económicos de los presidentes de turno han hablado de bonanza, los efectos de una sociedad empobrecida, se han multiplicado; más delincuencia, más corrupción, más pobreza, etc.
No solo el ex - presidente Gutiérrez es culpable de la crisis institucionalizada del Ecuador, lo son también aquellos que en su momento han intentado aplicar una política económica neo liberal a raja tabla, olvidando (adrede) que la población siente, piensa y vive el día a día con lo que tiene en el bolsillo.
"SOY FORAJIDO"
Mientras los gobernantes, independientemente de su ideología, aspiren sin reparos; a vender el patrimonio de una nación; mientras combatan la delincuencia con más armas; mientras piensen en los humanos como engranajes de un sistema productivo exacto, "la insumisión ante todo gobierno" seguirá siendo el pan nuestro de cada día.
*Los "forajidos" fue uno de los términos usado por el ex - presidente Gutiérrez para nombrar despectivamente a la oposición. Posteriormente se convirtió en la auto denominación de todos y cada uno de quienes protestaron en contra del régimen.