La felicidad está en los extremos, pero los extremos se unen... vaya lío
La búsqueda de la felicidad es un lugar común, un sin sentido. Aquella mañana el sol estaba en lo alto y el cielo parecía una sábana sin color; solo el viento hacía brincar unas pocas hojas secas por el otoño. No había nadie en el parque, solo yo; caminando como tortuga perezosa llegué a la señal y me detuve; intenté entenderla pero no lo conseguí...
Lo único que llegó a mi mente fue el retraso con el que caminamos los humanos; esas atolondradas búsquedas que no conducen a nada, pues mientras perseguimos lo distante, perdemos lo cercano.